Una noche en el auto con Nerea
Hace dos noches estaba con Nerea en el auto porque en su casa estaba el marido... Los besos se transformaron en garras y terminamos medio desnudos y en un momento -me gustó mucho el gesto que tuviste, amor-, cuando temías que pasara alguien por la vereda y yo te dije "No te calentaría que te viesen?" "Sí, sí, contestaste con voz afónica, me recalentaria..." "Y si parase un hombre y se empezará a pajear, ¿te gustaría?" "Siií... Le chuparía la pija..." me dijiste y te bajaste de un gesto el corpiño y mostraste tus tetas y seguiste pajeandote con más placer, y yo te llené de saliva y te comí los pezones suavemente imaginando como chupabas esa pija por la ventanilla... quizá porque lo habíamos imaginado, cuando terminó sucediendo, no nos llamó tanto la atención: estábamos en pleno manoseo cuando un hombre nos vio desde su auto... estacionó delante nuestro y se quedó mirando. Eso nos puso a mil... Nerea se arqueaba de placer y gemía como si estuviese en su cama... el hombre ganó confianza y se bajo del auto con un enorme bulto entre sus piernas... Nerea arrimó su cara a la ventanilla con la lengua afuera y eso terminó de convencer al hombre que manoteo su bragueta y sacó una tremenda pija que desencadenó en Nerea más gemidos y sacudidas en su pelvis. Y cuando el hombre acercó su verga Nerea se desprendió de mi y empezó a chupársela con la boca desencajada... cuando Nerea notó que estaba por acabar retiró su boca y le dijo secamente: Entrá! El hombre obedeció y entró al auto y se acomodó en el asiento trasero mientras Nerea le arrimaba su culo. Enculame, meteme todo eso en el culo y no paró de decirle guarradas hasta que el hombre la enculó y no pudo hablar más... ahora gemía y gritaba, pedía más... se inclinó sobre mi pija y empezó a chupármela mientras respiraba con un ronquido gutural... hasta que el gemido de los tres se unificó porque estábamos por acabar... Nerea se meó y yo no paraba de eyacular... lo mismo el hombre que atinó a decir, murmurar un 'Gracias' y bajarse del auto... Nerea tenía leche por todo el cuerpo... Mira, me dijo, tras aquella luz está Roberto... `¡si supiera!