Sexo sin amor
Aquella noche de pasión, donde la
hermosa luna resplandecía,
decidieron llevar y consumar el
instinto animal, el primer contacto fue acompañado por un gemido de dolor y placer, entre sus piernas de ella
salió aquel líquido que se confundía
con el vino, - continúa--dijo ella- el era salvaje, la devoró, como el lobo a
caperucita
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